sábado, 5 de marzo de 2011

PROFETAS DEL EXILIO

Cuando el pueblo de Dios fue deportado a Babilonia la desesperanza, el desánimo, hizo mella en ellos. Unos se adaptaron a la nueva situación adoptando las costumbres y la religión del pueblo en el que vivían. Un resto se mantuvo fiel al Señor pero su desánimo era grande. Surgirán dos grandes profetas que animaran y consolaran al pueblo. Les darán esperanza y criticaran a los infieles que no siguen al Señor. Estos profetas son Ezequiel y el Deuteroisaías (es la segunda parte del libro de Isaías que va del capítulo 40 al 55).

EZEQUIEL

Era un joven sacerdote, fue deportado a Babilonia con los primeros cautivos (587 a C.). Toda su actividad profética la desplegó entre los judíos exiliados. Es considerado el profeta de la esperanza porque todo su mensaje trata de avivar la ilusión de un retorno al país. Ezequiel tuvo un gran prestigio entre los exiliados.

Su obra esta llena de simbolismo por eso sus oráculos no deben entenderse de forma literal. Para transmitir sus oráculos no solo utilizaba la palabra, también se servía de gestos, pantomimas, actuaciones dramáticas. Convenció a los desterrados que su infortunio debía servirles no para lamentarse sino para mejorar las actitudes y continuar su relación con Dios.

Ezequiel presenta una evolución del pecado, anuncia que cada uno es responsable de su pecado. Se creía que el pecado de los padres lo pagaban los hijos, Ezequiel afirma que cada uno es responsable de su pecado (Ez.18, 1-3.20). Será a partir del capítulo 33 cuando el profeta comienza a hablar a los deportados de una esperanza. Primero les invita a la conversión porque Dios no desfruta del pesar del pueblo (Ez.33, 10-11).

Anima al pueblo diciéndoles que aunque el destierro pueda parecer la muerte, Dios de la muerte puede sacar vida, esto lo hace narrando la visión de los huesos secos (Ez.37, 1-14) La promesa del Señor de devolverles a su tierra viene precedida de una conversión. El pueblo tiene que cambiar en lo más profundo de su ser porque es en el corazón donde se fragua el destino de cada individuo, y Dios les ayudará cambiando el corazón de piedra en un corazón de carne (Ez36,24-29)
DEUTEROISAÍAS

Isaías es uno de los profetas que más ha influido en el pensamiento religioso del pueblo elegido. Del libro de Isaías podemos descubrir tres autores. En toda la obra domina la obsesión por afrontar la crisis desde una óptica de esperanza cifrada en la instauración del reino mesiánico en el que todos los justos (fieles) podrán vivir sin la angustia que provoca la inseguridad social y religiosa. El primer Isaías actúa durante el expansionismo asirio, comprende los 39 capítulos primeros. Este profeta es un gran político con gran sentido de la justicia. 

El Deuteroisaías comprende los capítulos 40 al 55. Elabora una teología del segundo éxodo y su meta se cifra en la reconstrucción de un reino en el que el Mesías reinará en plenitud. Se enfrenta al desánimo y desesperanza de los exiliados. Con gran entusiasmo va formando la más honda esperanza de restauración mesiánica. Es un poeta enamorado de Dios y de cuantos anclan en Él su confianza.

A esta parte del libro se le llama el libro de la consolación porque toma las primeras palabras del capítulo 40 para animar y consolar al pueblo con gran cariño y ternura (Is.40,1-2). En el capítulo 40, 1-11 expone los fundamentos de la fe en el plan salvífico de Dios y presenta a Dios como el pastor que cuida a su rebaño. Aunque el pueblo puede ser insignificante ante Dios, Él está ahí y le ayuda y protege (Is. 41,13-14).
 
En el capítulo 42 nos presenta el primer cántico del Siervo de Dios, un personaje enigmático que cumple la voluntad de Dios, es un elegido divino. El nuevo Rey implantará la justicia, nos presenta el Reino de Dios (Is.42,1-7).
Isaías nos presenta la universalidad de Dios, creador de todo (Is. 45,9-12). El Dios único que invita a todas las naciones a acercarse a Él (Is, 45,20-25), le presenta como el Dios de la historia al decir que fue Dios quien eligió a Ciro para dar la libertad a Israel(48,12-15)

En el capítulo 49 está el segundo cántico del Siervo de Dios que se presenta como el elegido desde el seno materno y puesto para ser luz de todas las personas (49,1-6)

El tercer cántico del Siervo del Señor lo encontramos en 50,4-11. nos presenta al Siervo fiel a Dios y esta fidelidad le granjeará la incomprensión y el maltrato de los que no le comprenden.

El cuarto cántico del Siervo de Dios está en 52,13-53,12. Nos presenta al Siervo justo y paciente que expía los pecados de muchos. Es el mensajero divino que trae la reconciliación entre los hombres y Dios.

PARA REFLEXIONAR

1.- Leer Isaías 44, 1-8 ¿Qué nos dice este poema?

2.- Leer Isaías 49, 7-26 ¿Qué descubrimos en esta parte?

1 comentario:

  1. LUIS ALFREDO VERBEL TURIZO24 de agosto de 2011, 13:50

    QUE BUENA PUBLICACION DE ENSEÑANZA Y REFLEXION

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