sábado, 29 de enero de 2011

SAÚL Y DAVID

El temor de Saúl al ser nombrado rey y su generosidad con sus enemigos revelan el aspecto positivo de su carácter. Fue la persona que Dios escogió para  iniciar la monarquía y representar el Reino de Yahvé sobre su pueblo.

Saúl con su hijo Jonatan han reunido un ejército de tres mil hombres, matan al gobernador de los filisteos y estos se preparan para atacar a los sublevados del pueblo de Israel. Antes del enfrentamiento los israelitas esperan a Samuel para ofrecer un sacrificio a Dios. Como se retrasa Samuel, Saúl impaciente, ofreció sacrificio en Gilgal (1 Sam 13,7-10), sacrilegio por el cual Samuel profetizó que su reino le sería quitado y dado a otro, ya que las ofrendas a Dios eran hechas por los sacerdotes. Saúl se arroga un derecho que no es suyo. Saúl venció a los filisteos, aunque todo su reinado fue una guerra encarnizada contra ellos. Saúl era la imagen visual ideal de un rey, pero las tendencias de su carácter a menudo eran contrarias a las órdenes de Dios para un rey. Saúl fue el líder escogido de Dios, pero esto no significaba que fuera capaz de ser rey por sí solo.

Samuel va a Belén, por mandato de Yahvé para ungir a uno de los hijos de Jesé como futuro rey, este será David el más pequeño de los hijos. David entra al servicio del rey para tocar el arpa y después como escudero.

Un filisteo llamado Goliat desafía a Israel. En el ejército de Israel se encontraban algunos hermanos de David, a los que va a visitar y llevarles comida. Se entera de la situación y se ofrece a enfrentarse a Goliat, le venció con una honda y le cortó la cabeza. Los filisteos huyen al ver vencido a su campeón. Saúl le llevó a todas las campañas y David lograba éxitos y se hizo querer por todo el pueblo (1Sam. 18,5).

Saúl siente envidia de David y trata de matarle. Le ofrece a su hija en matrimonio a cambio de cien prepucios de los filisteos, tenía el deseo de que los filisteos le matasen. David entrega lo prometido y se casa con una de las hijas de Saúl. Pero Saúl le tenía cada vez más miedo así que decide matarle. Tiene que huir. No le es posible a David descansar en un solo lugar por mucho tiempo; profeta, sacerdote, enemigo nacional: ninguno puede ofrecerle refugio, y los que le ofrecen ayuda son cruelmente castigados por un rey enloquecido de rabia (1 Samuel 22:6-19). David tiene oportunidad de acabar con Saúl pero le perdona la vida.

David tiene que ponerse al servicio de los filisteos por un tiempo, pero cuando se van a enfrentar a Saúl David no les ayuda. Los filisteos derrotan a Israel, mueren los hijos de Saúl y él cae herido. Por temor a ser hecho prisionero se clava la espada.

Una vez muerto Saúl, David buscó conocer la voluntad de Dios, quien lo guió a que volviera a Judá, la zona de su propia tribu, donde sus compatriotas lo ungieron rey. Los primeros dos años fueron ocupados en una guerra civil entre los defensores de David y los antiguos cortesanos de Saúl, que habían consagrado a Isbaal, hijo de Saúl, como rey. Es muy probable que Isbaal no haya sido más que un títere en manos de Abner, el fiel seguidor de Saúl.

Cuando estos fueron asesinados, toda oposición organizada contra David terminó, y fue ungido rey sobre las doce tribus de Israel en Hebrón. De allí transfirió en seguida la capital de su reino a Jerusalén (2 Samuel 3-5).
Después de conquistar la supuestamente inexpugnable ciudadela de los jebuseos, Jerusalén, la transformó en capital de su reino. Se edificó un palacio, se construyeron carreteras, se restauraron las rutas comerciales, se aseguró la prosperidad material del reino. Sin embargo, esta no podía ser la única, ni siquiera la principal, ambición de un “varón conforme al corazón de Dios”, y pronto se pone de manifiesto el celo religioso de David. Hizo volver el arca del pacto desde Quiriat-jearim, y la colocó en un tabernáculo especial construido para ese fin en Jerusalén.
El pecado de David fue tomar a Betsabé como mujer siendo esta mujer de Urias, uno de sus generales al que mandó al frente para que muriese (2Sam. 11). El profeta Natán le reprocha su pecado contándole una parábola (2Sam.12,1-4) y le profetiza que habrá guerras en su propia casa. David se arrepintió de su pecado. Absalón, hijo de David mata a su hermano Ammon por haber ultrajado a su hermana Tamar. Huye de la ira de su padre, con el tiempo David le perdona. Pero Absalón empieza a intrigar contra su padre y David tiene que huir. Muere absalón y David vuelve a Jerusalén. Saba, un benjaminita se levanta contra David, pero es aplacada la revuelta.
En el capítulo 22 David compone y canta un salmo a Yahvé, de alabanza. Los últimos días de David fueron amargados por las maquinaciones de Adonías y Salomón, que aspiraban al trono, como también porque se daba cuenta de que el legado de luchas intestinas profetizado por Natán todavía tenía que cumplirse cabalmente.
PARA REFLEXIONAR
1.- ¿Qué podemos destacar de la figura de David como persona y rey?
2.- Leer 2 Samuel 22 ¿Qué nos dice este salmo?

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