sábado, 26 de marzo de 2011

ÉPOCA HELENISTA

Durante la dominación persa el pueblo judío vivió con cierta autonomía y fueron respetadas sus costumbres.
Surge el imperio macedonio, con su rey Alejandro Magno que derrota a Darío III en el año 331 a C. Con esta derrota se pone fin al imperio persa. Comienza la época helenista. Alejandro conquista toda Asia Menor y Egipto.

Muere en el año 323 a C. en Babilonia a causa de unas fiebres, a los 33 años. Después de grandes luchas, su imperio es dividido entre sus generales, Seleuco se queda con Siria, Tolomeo se queda con Egipto y Palestina. Durante el siglo III a C. Palestina pertenece al reino egipcio de los Tolomeos, pero dada su situación geográfica continúa siendo lugar apetecido y disputado por los Seleúcidas.

Durante el dominio Tolomeo los judíos son explotados económicamente, pero respetados en sus costumbres. Deben pagar fuertes impuestos. La cultura helénica va invadiendo el territorio judío, sobre todo en la zona costera, pero sin enfrentamiento violentos. Así, paulatinamente va surgiendo dentro de la comunidad judía dos tendencias, una inclinada a la influencia helenística y otra a la tradición de Moisés.

En el año 199 a C. Antíoco III el Grande arrebata Palestina a los Tolomeos. Al comienzo de su dominio sigue respetando la tradición judía y reconociendo su ley como ley del estado. En el año 190 a C. Antíoco III tropieza con otro imperio que está surgiendo, el imperio romano, que le derrota y le impone fuertes sanciones económicas. Para atender a sus necesidades de pago a los romanos, Antíoco busca los recursos necesarios en los templos que cumplían una función semejante a los depósitos bancarios (2Mac. 3,11-17)

En el 187 a C. muere Antíoco y su hijo Seleuco hereda el reino y los problemas económicos de su padre. Mientras en Jerusalén, el intendente del templo se enemista con el sacerdote Onías y en venganza habla al gobernador de Siria de los tesoros del templo. Al saber esto Seleuco manda a Heliodoro para que incautase todos los tesoros. El pueblo ruega a Dios para que proteja el templo y su tesoro. Heliodoro es castigado por Dios pero por la intercesión del sacerdote Onías, se recupera (2Mac.3,22-34) y se convierte al verdadero Dios. Mas tarde será el que asesine a Seleuco para adueñarse del trono, que finalmente es conquistado por Antíoco IV, hermano del asesinado Seleuco en el año 175 a C.

Mientras el sacerdote Onías iba a hablar con el rey debido a las calumnias de Simón, Jasón, hermano del sacerdote, ambicionaba ser sumo sacerdote le ofrece una considerable cantidad de plata al rey si le da el puesto, además se compromete a hacer un gimnasio. El rey acepta, Jasón pone leyes injustas quita las leyes antiguas y obliga a los jóvenes a llevar el traje de deporte. Este traje era el que llevaba el dios Hermes por lo que a los ojos de los judíos se convertía en un signo de idolatría (2Mac.4,7-12)

A Jasón le suplanta su hermano Menelao, que ofreció al rey más dinero que su hermano, una vez con el cargo de sumo sacerdote no se preocupó de pagar al rey (2Mac.4,23-29). El rey le apartó de su cargo y le sucedió en su cargo su hermano Lisímaco. Menelao roba algunos objetos de oro del templo, Onías que estaba retirado en Dafne le reprende y este, enfadado manda matarle. De esta forma se muestra la corrupción del sacerdocio de Jerusalén que llega a la cumbre con el asesinato del único sacerdote legítimo. El rey enterado de lo sucedido castiga a los culpables.

Mientras en Jerusalén, Lisímaco seguía robando al templo. El pueblo se enfurece, le ataca con piedras y palos y muere. El pueblo lleva sus quejas al rey que ve en Menelao el causante de todos los males, pero la promesa de ricos presentes para el rey hace que le deje en libertad y mande matar a los que llevaron las quejas. Así, Menelao siguió en el poder por la avaricia de los poderosos (2Mac.4,43-50)

Ante el falso rumor de la muerte del rey, Jasón asalta la ciudad de Jerusalén. Menelao se refugió en la acrópolis mientras Jasón hizo una gran matanza a su propio pueblo. Tuvo que huir y murió en el extranjero.

Impedido por los romanos en su propósito de conquistar Egipto, Antíoco IV ataca a su regreso a Jerusalén, para castigar a los revoltosos. El castigo fue cruel pues en tres días mató a 80.000 hombres y redujo a servidumbre a 40.000 y no contento con esto, se llevó gran cantidad de oro del templo. Al marcharse deja a Menelao como sacerdote que hacía sentir más a los ciudadanos el peso de su autoridad (2Mac.5, 21-23). No contento con lo que había hecho el rey mandó un ejército para matar a los hombres de edad adulta. Impone la cultura helena y trata de suprimir todas las demás con sus costumbres y su religión, el que no obedeciese todo esto sería castigado con la muerte. En el templo ponen la estatua del dios Júpiter (1Mac.1,54-64).

Matatías con toda su familia se niegan a desobedecer la ley de Dios, incitan al pueblo a que le siga y huyen a las montañas.
Algunas personas fieles a Dios se fueron a vivir al desierto, fueron atacadas en día sábado y no se defendieron por cumplir la ley. Matatías forma un ejército que irá contra los apostatas, destruirá los altares de los falsos dioses. El principio de esta guerra fue mas bien una guerra civil.

La persecución religiosa que sufrió el pueblo judío fue muy grande ya que su finalidad era acabar con la religión de este pueblo (2Mac. 6,3-7)

PARA REFLEXIONAR

1.- ¿Qué justifica una persecución religiosa?

2.- ¿Qué imagen nos da el 2 libro de los Macabeos sobre los sacerdotes del templo de Jerusalén (“Mac. 4)?

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