sábado, 13 de noviembre de 2010

ISAAC Y JACOB

 Después de la muerte de Sara, Abraham desea dejar casado a su hijo antes de morir y manda a un fiel criado a Jarán donde vive su familia para asegurar una descendencia de pureza étnica. El juramento que hace el criado de cumplir la petición de su amo es reforzado por el contacto de las partes vitales. Este gesto es para dar firmeza inquebrantable al juramento. La elegida es Rebeca hija de Betuel, hijo de Najor, hermano de Abraham.

Rebeca es estéril le pide a Yahvé y queda embarazada (es la intervención de Dios en la historia del pueblo). Un embarazo difícil le hace consultar de nuevo y Yahvé le dice que lleva dos pueblos en su seno que serán enemigos. Esaú llegó a ser un gran cazador, Jacob será un tranquilo pastor. Esaú desdeña la primogenitura y la vende por un plato de lentejas. Mientras Esaú se presenta como un muchacho estúpido que goza de las simpatías del padre, Jacob es el niño astuto que se ha ganado a la madre. Estos relatos quieren justificar por qué, aún siendo Esaú el mayor, Jacob debe ser considerado primogénito y portador de la promesa.

Por el hambre que hay en la zona van a Guerar donde Isaac hace pasar a su mujer por su hermana, es un paralelo del relato de Abraham para dar cierta importancia a Isaac, ya que a este le presentan como el intermediario entre Abraham y Jacob los dos grandes patriarcas. Los versículos 34-35 del capítulo 26 tratan de predisponernos contra Esaú.
El capítulo 27 nos relata la astucia de Rebeca y Jacob para suplantar, en la bendición a  Esaú. La mentira se relata dentro de unos principios de moral imperfecta. Las bendiciones y las maldiciones son eficaces e irrevocables.
Jacob ve que le miran con malos ojos la familia de Laban y  propone a sus mujeres marcharse, ellas aceptan porque también están molestas con su padre que se ha quedado con todo lo que dio Jacob por casarse con ellas. La costumbre era que el padre les diese a sus hijas una parte de lo dado por el marido para casarse con ellas, pero Laban no les dio nada. Raquel se lleva los ídolos familiares. Las creencias no están todavía definidas, son politeístas o más bien henoteístas.
 
 El capítulo 32 nos relata la lucha de Jacob con Dios. Le cambia el nombre por el de Israel que significa ha luchado con Dios y los hombres y ha vencido. Este pasaje trata de convertirse en lo que sería una oración eficaz, una lucha espiritual. Se creía que ver a Dios era la muerte, por eso se tenía miedo a ver a Dios (versículo 31).
Se supone que Jacob e Israel fueron dos personajes distintos y el autor los va a unir haciendo que en su experiencia religiosa Dios le cambie el nombre por Israel.
Los hijos de Israel siempre vieron en Jacob el símbolo de la astucia y la valentía.

En el capítulo 35 Jacob pide a toda su familia que abandone todos los ídolos para adorar solo a Dios. Jacob tiene que ir limpio a Betel porque allí se va a dar el primer paso firme para fraguar la religión Yahvista. Es el desprendimiento de todo lo que nos separa del verdadero Dios, desprenderse de los ídolos es ponerse en disponibilidad ante Yahvé.
Nace Benjamín y muere Raquel. Jacob ya tiene 12 hijos, a partir de ahora toda la historia de los patriarcas se centran en la descendencia de Jacob.

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